Cursos Presenciales
Hablar en Publico
PROGRAMA
CLASE 1. Hablar en público
CLASE 2. Miedo a hablar en público
CLASE 3. Preparación de la intervención
CLASE 4. Estilo de la intervención
CLASE 5. Público
CLASE 6. Lugar de la intervención
CLASE 7. Duración de la intervención
CLASE 8. Discurso
CLASE 9. Idea clave
CLASE 10. Introducción
CLASE 11. Desarrollo
CLASE 12. Conclusión
CLASE 13. Ensayo
CLASE 14. Día del acto
CLASE 15. Presentación
CLASE 16. Intervención
CLASE 17. Voz
CLASE 18. Lenguaje
CLASE 19. Mirada
CLASE 20. Lenguaje corporal
CLASE 21. Imagen
CLASE 22. Medios de apoyo visual
CLASE 23. Fichas de apoyo
CLASE 24. Captar la atención del público
CLASE 25. Flexibilidad e improvisación
CLASE 26. Reacción del público
CLASE 27. Situaciones difíciles
CLASE 28. Preguntas y respuestas
CLASE 29. Debate
CLASE 30. Críticas
HABLAR EN PUBLICO
Cuando uno va a hablar en público es fundamental tener claro el objetivo de la intervención:
Lo se quiere transmitir
Se quiere manifestar una opinión sobre un tema determinado.
Simplemente se quiere entretener, etc.
Y a la consecución de dicho objetivo debe orientarse la intervención.
Hablar en público no se limita a tomar a palabra y "soltar" un discurso; hablar en público consiste en lograr establecer una comunicación efectiva con el mismo, en la que uno sea capaz de transmitir sus ideas.
Hablar en público es una oportunidad que hay que saber aprovechar.
Un grupo más o menos numeroso de personas estará escuchando al orador, quien tiene una ocasión única para transmitir sus ideas, para tratar de convencerlos.
Por ello, las intervenciones hay que prepararlas a conciencia, lo que implica no limitarse a elaborar el discurso, sino que hay que ensayar la forma en la que se va a exponer:
El orador tiene que conseguir que el público se interese por lo que les va a decir y esto exige dominar las técnicas de la comunicación.
Una cosa es conocer una materia y otra muy distinta es saber hablar de la misma.
Conocer el tema es una condición necesaria pero no suficiente: hay que saber exponerlo de una manera atractiva, conseguir captar la atención del público y no aburrirles.
El orador tiene que resultar interesante, sugerente, convincente, etc.
Cuando se va a hablar sobre un tema lo primero que el orador tendrá que hacer es dominarlo. En el momento en el que tome la palabra deberá tener un conocimiento sobre el mismo muy superior del que tiene el público. El orador tiene que tener algo interesante que transmitir.
Uno debe evitar a toda costa hablar sobre un tema que apenas domine ya que correría el riego de hacer el ridículo.
Escribir el discurso es sólo una parte del trabajo y probablemente no la más difícil, ni tampoco probablemente la más determinante a la hora de alcanzar el éxito.
El cómo se expongan esas ideas juega un papel fundamental.
Un mismo discurso puede resultar u tremendo éxito o un rotundo fracaso en función de la habilidad del orador en su exposición.
Aunque resulta natural estar algo nervioso cuando se va a hablar en público, hay que tener muy claro que el público no es el enemigo, que se encuentra acechando a la espera del más mínimo fallo para saltar sobre el orador.
MIEDO A HABLAR EN PUBLICO
Como se ha comentado en la lección anterior, el público no es el enemigo, sino que, bien al contrario, son personas que consideran que el orador puede aportarles algo, que no van a perder el tiempo escuchándole.
Por ello, no se debería tener un miedo desproporcionado a hablar en público, algo que, sin embargo, suele ser bastante habitual.
Hay que analizar este miedo que a uno le atenaza y tratar de descubrir las causas que lo originan.
Uno se dará cuenta de que gran parte de este miedo es irracional, no obedece a motivos lógicos (miedo de hacer un ridículo espantoso, de que se rían de uno, de tartamudear, de caer en desgracia, de hundir el prestigio profesional, de que le abucheen…).
Son situaciones que no van a ocurrir y por lo tanto este miedo hay que rechazarlo por absurdo.
Otra tipo de miedo sí puede ser racional: obedece a situaciones adversas que pueden presentarse (quedarse en blanco, no saber contestar a una pregunta, que no funcione el proyector, etc.).
Frente a este miedo racional lo que hay que hacer es tomar todas las medidas posibles para reducir al mínimo las posibilidades de que estas situaciones se produzcan
A veces también preocupa el pensar que el público pueda darse cuenta del miedo que uno tiene (sudores, temblor en el habla o en las piernas, cara demacrada, etc.), pero es muy difícil que esto ocurra:
La mejor forma de combatir el miedo es con una adecuada preparación: hay que trabajar y ensayar la intervención con rigurosidad.
Cuando se domina la presentación se reducen drásticamente las posibilidades de cometer errores; esto genera confianza y disminuye el nivel de ansiedad.
También resulta muy útil pensar en positivo, es decir, en la satisfacción tan enorme que a uno le produciría obtener un gran éxito.
Subir al estrado con tranquilidad, sin prisas, mirar al público unos instantes mientras se le saluda, ajustar el micrófono, organizar las notas... y comenzar a hablar despacio.
PREPARACION DE LA INTERVENCION
A la hora de preparar el discurso hay que tener en cuenta:
a) Público asistente: el discurso tiene que ser apropiado para el público que va a asistir. Hay que ver qué temas le pueden interesar, cual puede ser su nivel de conocimiento sobre el mismo, hay que utilizar un lenguaje adecuado, tener en cuenta si conoce o no términos técnicos, etc.
b) Objeto de la intervención. Hay que tener muy claro el motivo de la intervención.
El discurso puede tener por objeto informar, motivar, entretener, advertir, amonestar etc., y en función de ello habrá que adaptar el estilo del mismo: formal o informar, serio o entretenido, cercano o distante, monólogo o participativo, etc.
c) Tema a tratar: según el tema que se vaya a tratar el estilo del discurso puede ser radicalmente diferente.
d) Lugar de la intervención. El lugar del acto imprime también carácter.
e) Tiempo de la intervención: el tipo de discurso será completamente diferente dependiendo de si va a durar 5 minutos o si va a durar una hora y media. Las posibilidades de improvisar, de profundizar en la materia, de estructurar el discurso (introducción, desarrollo y conclusión)
ESTILO DE LA INTERVENCION
Cuando se habla en público, el estilo de la intervención va a depender de diversos factores, entre ellos los que se señalaron en la lección anterior.
Es decir, en función del motivo de la intervención, del objetivo que se pretende conseguir, del público asistente, etc., el discurso tendrá un estilo determinado.
Un mismo tema se puede presentar de maneras muy diferente
No se puede pretender hablar en público siempre de la misma manera: hay que ajustar el estilo de la intervención a las características de cada ocasión, ya que si no se hiciera la actuación podría resultar en un enorme fracaso (con independencia de que uno sea un experto en la materia).
El orador buscará darle a su intervención aquella orientación con la que pueda lograr el mayor impacto posible con el público.
En caso de duda es preferible adoptar la opción más conservadora: resulta menos llamativo hablar de manera formal en un acto informal, que hablar de manera informal en un acto formal.
La forma de vestir también puede venir determinada por el tipo de acto
Si no se cuidan todos estos detalles, puede suceder que el orador no consiga captar la atención del público, quien se irá con la impresión de que el discurso ha estado completamente fuera de lugar.
Un toque de humor, sabiamente administrado, no está reñido con la seriedad ni con el rigor
PUBLICO
Cuando se habla en público lo primero que hay que buscar es captar su interés y atención, con vistas a que la comunicación resulte efectiva.
Hablar a un público que no muestra interés es perder el tiempo.
Si el público asiste al acto es porque le interesa, porque espera obtener algo (aprender, conocer otros puntos de vista, pasar un rato agradable, etc.), por lo que hay que intentar no defraudarle.
No hay que ver al público como al enemigo.
Hay que preparar el discurso en función del público que se espera que asista:
Tratando un tema que le interese
Utilizando un lenguaje apropiado, comprensible; no se deben utilizar términos que le resulten extraños
Aunque hasta el momento de la intervención no se tendrá una idea exacta del público asistente, habría que hablar previamente con los organizadores del acto para que indiquen qué tipo de público se espera que asista.
Si el público es numeroso habrá que hablar más alto, aspecto que se tendrá en cuenta en los ensayos. Con pocos asistentes el estilo puede ser más informal, más cercano, frente a un estilo más formal cuando la audiencia es numerosa.
Hay que tener en cuenta el posible conocimiento que pueda tener el público sobre el tema que se va a abordar,
También hay que considerar las preguntas más probables que el público pueda plantear, lo que permitirá llevar preparadas las respuestas.
LUGAR DE LA INTERVENCION
El lugar de la intervención también determina en gran medida el tipo de discurso:
El lugar imprime al acto su propia identidad, dándole una nota de mayor o menor formalidad:
El orador debe conocer el lugar en el que va a hablar y tenerlo en cuenta a la hora de ensayar.
Conocer sus dimensiones, si podrá contar con proyectores, pizarras, etc.; si el estrado tiene una dimensión suficiente para poder moverse por él; si tendrá también la posibilidad de moverse entre el público
Si uno no tiene posibilidad de visitar el local, al menos debería ponerse en contacto con los organizadores del acto para que le informen sobre sus características.
Lo que no se debe hacer es no conocer el lugar donde se va a hablar hasta el momento de la intervención, no vaya a haber sorpresas de última hora de difícil solución:
DURACION DE LA INTERVENCION
La duración de la intervención condiciona la preparación del discurso.
Cuando se prepara un discurso hay que intentar ajustarse a un tiempo algo inferior al que uno tiene previsto, ya que durante el mismo es frecuente que uno tienda a
Siempre es preferible quedarse corto que sobrepasar el tiempo asignado.
El público agradece la brevedad.
También debe tener identificadas partes del discurso que se puedan omitir, para el caso contrario en el que se recorte el tiempo de la intervención.
Durante el discurso hay que controlar el tiempo tratando de que la intervención se vaya desarrollando según lo previsto, evitando agotar el tiempo con el discurso todavía por la mitad
En este caso es preferible hablar con los organizadores del acto y comunicarles que el tiempo asignado es demasiado extenso para el tema que se va a tratar.
DISCURSO
La elaboración del discurso, aún siendo determinante, constituye tan sólo una primera etapa de la preparación del acto
Cuando se prepara un discurso hay que tener muy claro cuál es su objetivo, qué es lo que se pretende conseguir
En primer lugar hay que definir el tema de la exposición. Esto puede venir ya indicado por los organizadores del acto o puede que uno tenga libertad para elegirlo.
Definido el tema, hay que determinar la idea clave que se quiere transmitir y sobre la que va a girar toda la argumentación.
Hay que tener presente que en un discurso la capacidad de retención que tiene el público es limitada y que difícilmente va a ser capaz de asimilar más de 4 o 5 conceptos.
El discurso se estructura en tres partes muy definidas:
Introducción (plantea el tema que se va a abordar y la idea que se quiere transmitir).
Desarrollo (se presentan los distintos argumentos que sustentan la idea).
Conclusión (se resalta nuevamente la idea y se enumeran someramente los argumentos utilizados).
IDEA CLAVE
El discurso girará sobre una idea principal (idea clave), que resume el punto de vista del orador sobre el tema tratado.
El orador tiene que ser capaz de ir al núcleo del asunto.
Es preferible centrarse en un solo mensaje que quede claro que abordar distintas ideas que al final sólo produzcan confusión.
Para definir la idea clave uno debe tomarse un periodo de reflexión y hasta que no esté convencido de la misma no comenzará a desarrollar su discurso.
Esta idea principal se expresa en la introducción (para que el público sepa cual es la posición que se va a defender), se argumentará durante el desarrollo y se destacará nuevamente en la conclusión.
DESARROLLO
Durante el desarrollo del discurso se expondrán aquellos argumentos principales que sustenten la idea defendida por el orador.
En este desarrollo no hay que extenderse más allá de lo necesario. Ya se ha repetido anteriormente que debe primar siempre el principio de brevedad.
No hay que abusar de los datos, de los detalles (ocultan los aspectos fundamentales).
Hay que dar exclusivamente aquella información que sea realmente relevante.
El desarrollo debe ser ágil, combinando conceptos teóricos, ejemplos, datos estadísticos, citas, comparaciones, anécdotas e incluso incluyendo algún toque de humor (permite acercar el discurso al público).
El desarrollo debe ser equilibrado, repartiendo el tiempo entre las distintas partes que se van a exponer, evitando extenderse en demasía en un punto determinado y pasar "de puntillas" por otro igualmente importante.
CONCLUSION
La conclusión es un recordatorio del tema tratado, del punto de vista defendido y de los principales argumentos presentados. La conclusión debe ser breve, destacando únicamente los puntos básicos que se han expuesto.
Mientras más se diga, menos resaltarán los aspectos claves.
La conclusión, al igual que la introducción, es una parte fundamental del discurso que debe ser preparada a conciencia.
Probablemente, cuando el público abandone la sala tan sólo recuerde de la presentación lo que se haya dicho en la conclusión.
Es conveniente tener la conclusión aprendida de memoria, de modo que se pueda desarrollar sin tener que recurrir a fichas de apoyo (aunque se lleven por si acaso).
Es el momento de recalcarle al público el punto central de la exposición.
ENSAYO
Toda intervención pública exige una preparación adecuada, no se puede dejar nada al azar.
La diferencia puede ser entre un discurso discreto y un gran discurso.
La regla fundamental es ensayar, ensayar y ensayar.
Ensayar con seriedad permite llegar a dominar la actuación que se va a realizar, lo que contribuye a aumentar la autoconfianza y a reducir la tensión típica de los días previos a la intervención.
Ensayar no significa simplemente repasar mentalmente el texto dos horas antes de la intervención.
Ensayar implica:
Leer el discurso en voz alta, cuantas veces sean necesarias, hasta llegar a familiarizarse con él.
En definitiva, se ensaya no sólo para dominar el sino con vista a sacarle todo su jugo, de conseguir conectar con el público, de motivarlo, de entusiasmarlo, etc.
Hay que ensayar incluso aunque se pretenda improvisar el discurso.
Tan sólo el dominio del mismo permitirá realizar una buena improvisación.
Resulta muy útil grabarse en video y analizar con sentido crítico la actuación:
Permite detectar fallos y poder corregirlos.
También resulta interesante ensayar con público:
Se debería realizar un último ensayo (el ensayo general) en el lugar en el que se va a celebrar el acto, y si es posible con participación del equipo técnico de luz y sonido.
El objetivo es familiarizarse con el entorno y coordinar todos los aspectos de la intervención.
Se ensayará hasta el día anterior al acto.
DIA DEL ACTO
El día del acto el orador debe procurar encontrarse en plena forma.
La noche anterior debe dormir las horas necesarias. Hay que llegar al discurso fresco, con la mente despejada, al 100% de capacidad. Debe ser un día relajado.
Hay que evitar actividades que resulten cansadas o que puedan generar nerviosismo.
Es conveniente comer varias horas antes de la intervención, con el fin de realizar tranquilamente la digestión.
La comida debe ser ligera, que no produzca pesadez.
Si no hay más remedio, se viajará con tiempo suficiente (nada de apurar hasta el último momento) y si se puede, se evitará conducir (produce cansancio).
Por último, señalar que puede resultar muy beneficioso realizar unas horas antes de la intervención alguna actividad física (correr, jugar al tenis, etc.), ya que contribuye a quemar energías y a calmar los nervios.
PRESENTACION
Lo oportuno es que la persona responsable de conducir el acto sea quien se encargue de presentar al orador, aportando algunos datos básicos de su biografía.
Dicha presentación, siendo, como es de esperar, halagadora, no debe caer en exageraciones que le resten credibilidad.
En la presentación se debe facilitar únicamente aquella información sobre el orador que tenga relación con el tema que se va a tratar, lo que ayudará al público a situarse.
Si el orador ha recibido premios significativos, reconocimientos, etc. que tengan relación con la materia a abordar, es conveniente ofrecer esta información para que el público pueda tener una valoración más exacta de la persona que les va a hablar.
Una vez que el orador toma la palabra, empezará agradeciendo al presentador de forma sencilla sus palabras de elogio, dirigiéndole la mirada.
Hay que evitar un comportamiento muy típico que consiste en subir al estrado y tomarse un tiempo (que resulta una eternidad) en organizar las notas, el micrófono, beber agua, etc., sin haber previamente saludado (resulta poco elegante).
Si nadie introduce al orador, él mismo tendrá que hacerlo.
Lo que uno no hará es mencionar los posibles diplomas, condecoraciones o títulos que haya recibido, ya que puede resultar pretencioso (disponiendo al público en contra).
No hay que olvidar que el público premia la humildad y aborrece la ostentación.
INTERVENCION
El discurso no consiste simplemente en leer un texto sino en exponer de manera convincente unas ideas.
La intervención tiene que ir encaminada a captar (y mantener) la atención del público y a facilitar la comprensión del mensaje.
No se trata de asombrar al público con lo que uno sabe, con la riqueza del vocabulario que emplea, con la originalidad del estilo que utiliza.
Lo que hay que tratar es de llegar al público de la manera más directa, más fácil y, a la vez, más sugerente.
El orador tiene que cuidar el ritmo de su intervención, tratando de mantener la emoción y la atención del público durante toda la intervención, evitando atravesar por momentos de gran intensidad, seguidos por momentos de escaso intereses (se arriesgaría a perder la atención de la audiencia).
Reloj (para controlar el tiempo; lo situará en un sitio visible donde pueda consultarlo de forma discreta).
Pañuelo (para secarse los labios después de beber o por si se estornuda -imagínese un ataque de tos, una nariz que comienza a gotear... y el orador sin pañuelo-).
VOZ
Durante la intervención hay que cuidar la voz:
Una voz monótona, desagradable, un volumen bajo, etc. lleva a la audiencia a desconectar.
Normalmente uno no conoce su propia voz, de ahí que se sorprenda cuando se escucha en una grabación.
Oírse en una grabación es muy útil ya que permite familiarizarse con la voz, oírla como la oyen los demás. Es la manera de conocer como suena, como resulta, que defectos hay que corregir.
Dominar la voz sólo se consigue con ensayo:
También es interesante preguntarle a alguien su opinión.
Una vez detectados los fallos se trabajará sobre ellos con vistas a mejorar la calidad de la voz.
Aunque la voz sea difícil de cambiar, si se pueden mejorar algunos defectos que dificultan su comprensión o que la hacen poco atractiva (una voz nasal, una voz excesivamente fina o ronca, etc.).
Hay que saber modular la voz: subir y bajar el volumen, cambiar el ritmo, acentuar las palabras; todo ello ayuda a captar la atención del público.
Hay que jugar con la voz para enfatizar los puntos importantes del discurso, destacar ideas, introducir nuevos argumentos, contar anécdotas, resaltar las conclusiones, etc.
LENGUAJE
Hay que utilizar un lenguaje apropiado para el público al que uno se dirige, ya que lo primero que uno debe procurar es ser entendido. De ahí la importancia de tener una cierta idea del tipo de público que se espera que asista al acto.
Por ello, no se deben utilizar términos y expresiones que parte del público pueda no entender.
Únicamente se emplearán términos técnicos si la audiencia conoce su significado.
Si se utilizan abreviaturas o acrónimos hay que estar seguro de que el público sabe lo que significan, si no habrá que explicarlos.
No se deben utilizar palabras extranjeras salvo que no hubiera un equivalente en castellano, en cuyo caso hay que saber pronunciarlas correctamente.
Hay que evitar a toda costa resultar pedante (molesta al público).
Hay que evitar emplear "coletillas" que a veces se intercalan continuamente en la conversación sin que uno sea consciente (ya ves, entiendes, me sigues, etc.).
El efecto que producen es terrible (bastaría que uno se oyese en una grabación para darse cuenta de esto).
La regla que debe presidir todo discurso es la de la sencillez.
MIRADA
Cuando se habla en público la mirada juega un papel fundamental.
Es un excelente medio de conexión entre la persona que habla y la audiencia.
Al público le gusta que la persona que le habla le dirija la mirada.
El orador que no mira al público da la impresión de tener miedo o de falta de interés.
Cuando se mira al público hay que intentar presentar una imagen abierta, agradable, optimista, sonriente.
La simpatía conquista el corazón del público.
Al subir al estrado lo primero que hay que hacer es saludar al público, mirándole a los ojos.
Hay que tratar de abarcar con la mirada toda la sala, enfocando las distintas zonas (pero evitando hacer un efecto "barrido" como si de un faro se tratase).
En lugar de mirar difusamente a la masa, hay que tratar de individualizar rostros concretos, moviendo la mirada entre el público y fijándola en personas determinadas, tratando de dar cobertura a toda la audiencia.
LENGUAJE CORPORAL
Existe un lenguaje corporal (movimientos, gestos, actitudes, etc.) del que muchas veces uno no es consciente, ni sabe muy bien como funciona.
A través de este lenguaje corporal, el orador transmite también mensajes: nervios, timidez, seguridad, confianza, dominio, entusiasmo, dudas, etc.
El público los capta con total nitidez.
La mejor forma de percibir este lenguaje corporal es grabándose en vídeo.
Desde que uno sube al estrado debe ser capaz de utilizar este lenguaje corporal en sentido positivo, facilitando la conexión con el público, reforzando su imagen.
Hay que transmitir serenidad y naturalidad, evitando gestos, actitudes o movimientos que resulten afectados.
Durante la intervención es conveniente moverse por el escenario, no quedarse inmóvil, pero controlando los movimientos, evitando deambular sin ton ni son. La movilidad rompe la monotonía y ayuda a captar la atención del público.
Los gestos de la cara deben ser relajados: una sonrisa sirve para ganarse al público, mientras que una expresión crispada provoca rechazo.
El movimiento de las manos debe estar ensayado. Tan mala impresión producen unas manos que no paran de moverse, como unas manos inmóviles.
IMAGEN
una imagen personal que será valorada positiva o negativamente por el público.
Hay que tratar de proyectar una imagen positiva.
Una imagen agradable, abierta (aunque uno sea un tímido empedernido), atractiva, etc., es valorada favorablemente por el público y ayuda a ganarse su estima.
Una imagen descuidada, hosca, antipática, pone al público en contra (aunque comparta las ideas expuestas).
El orador debe vestir de forma apropiada para la ocasión:
Si se trata de un acto formal, vestirá con traje.
Si se trata de acto informal, podrá vestir de manera cómoda, deportiva, etc.
Hay que tratar de no desentonar con el público asistente.
Tan llamativo resulta vestir de manera desenfadada en un acto formal, como ir de chaqueta y corbata cuando el público viste de forma casual.
El orador tiene que informarse de cómo debe ir vestido. En caso de duda es preferible adoptar la opción más conservadora.
Una vez definido el estilo (formal o casual), el orador tratará de vestir algo mejor que la media del público asistente (no en balde es el protagonista).
Tiene que sentirse cómodo, a gusto con su apariencia. Esto acrecienta su autoconfianza y le permite luchar contra la inseguridad.
La imagen también debe estar en consonancia con el mensaje que se quiere transmitir:
METODOS DE APOYO VISUAL
El orador puede apoyar el discurso utilizando distintos medios visuales: pizarra, transparencia, pantalla del ordenador, etc.
Sirven para captar la atención del público (rompen la monotonía).
Facilitan la comprensión.
Enriquecen la presentación.
Ayudan a transmitir una imagen de profesionalidad.
Dan seguridad al orador (cuenta con material de apoyo).
El orador tiene que saber cuándo y cómo emplear estos medios visuales.
Pueden servir de apoyo al discurso (ayudan a captar la atención del público) o pueden suponer un obstáculo (distraen).
En su uso debe primar la simplicidad:
Se utilizan para clarificar y hacer más comprensible la exposición; esto sólo se consigue con imágenes sencillas (si son complejas y difíciles de interpretar, en lugar de aclarar confunden más).
Se deben utilizar imágenes con colores: permiten resaltar los más relevante, remarcar las diferencias y hacen que la imagen resulte más atractiva.
Este material de apoyo debe ser eso, un apoyo al discurso, y no convertirse en la base de la presentación.
FICHAS DE APOYO
Cuando uno habla en público, si se limita a leer el discurso resultará muy aburrido (falta de espontaneidad y de improvisación).
Es recomendable improvisar, aunque en este caso se corre el riego de quedarse en blanco (situación temida por cualquier orador).
Esto se puede evitar llevando fichas de apoyo.
Por una parte se dispone de un guión que recoge los puntos que uno quiere tratar, reduciendo al mínimo la posibilidad de olvidos. Da seguridad al orador y le ayuda a calmar los nervios.
Por otra parte, le permite desarrollar el discurso sobre la marcha (improvisar). Esto le facilita introducir nuevas ideas, resultar más espontáneo.
El uso de fichas de apoyo es especialmente aconsejable en intervenciones de cierta duración (más de 30 minutos).
CAPTAR LA ATENCION DEL PUBLICO
El orador debe tratar de acercar el discurso a la audiencia, de romper distancias.
Tiene que intentar ganarse al público, con independencia de que éste coincida o no con las tesis defendidas.
Esto ayuda a captar su atención y a predisponerle favorablemente hacia los puntos de vista del orador.
Al público se le gana con amabilidad y simpatía.
Saludar al público tan sólo subir al estrado, mirándole, agradeciéndole sinceramente su presencia.
Agradecer públicamente la presencia de alguna persona o grupo que se haya desplazado desde lejos.
Mostrar una imagen amable (en la expresión, en la voz).
Mirar al público (permite fortalecer la comunicación).
Contar anécdotas que resulten cercanas (que afecten a gente que el público conoce, que hayan tenido lugar en dicho localidad, etc.).
Introducir en el discurso toques finos de humor (humaniza el discurso, lo acerca al público); tienen cabida aunque se esté tratando un tema serio (ayuda a quitarle dramatismo).
Si hay un intermedio aprovecharlo para departir con el público asistente.
Al final de la intervención volver a dar las gracias por la atención prestada.
FLEXIBILIDAD E IMPROVISACION
En lecciones anteriores se ha comentado la importancia de ensayar para poder llevar el discurso perfectamente preparado y no dejar nada al azar.
No obstante, ello no significa que el orador no pueda improvisar, apartarse un poco del guión (el discurso gana en frescura).
Se le pueden ocurrir ideas nuevas, acordarse de anécdotas curiosas, etc.
Puede tratar de conectar su discurso con las ideas expuestas por otro orador que le haya precedido.
A veces las cosas no resultan tal cómo estaban previstas y el orador tiene que ser capaz de reaccionar con agilidad.
Hay situaciones que uno puede anticipar y para las que debería ir ya preparado.
Preparando material adicional por si en el último momento le comunican que se amplía el tiempo de su intervención.
En el caso de que vaya a emplear material visual de apoyo (transparencias, ordenador, etc.), además de preparar el discurso contando con ellos, debería ensayarlo también sin ningún tipo de apoyo, por si llegado el momento el proyector no funciona, no hay disponible un ordenador, etc.
En otras ocasiones, surgen imprevistos que hay que solucionar sobre la marcha (un ataque de tos, un hipo persistente, un vaso de agua que se derrama sobre las notas, etc.).
El orador debe reaccionar con naturalidad; el público es comprensivo y se hace cargo de la situación.
Puede resultar muy útil recurrir al sentido del humor para quitar importancia a lo sucedido.
REACCION DEL PUBLICO
A lo largo de toda la intervención el orador tiene que estar atento a cómo reacciona el público (con interés, con aburrimiento, con simpatía, con aprobación, con rechazo, etc.).
Lo peor que puede ocurrir es no conseguir captar su atención (es peor incluso a que el público manifieste su desacuerdo con la opinión presentada).
Si el público no muestra interés, no es posible la comunicación.
Hay que captar la atención del público en el primer momento de la intervención. Si no se consigue entonces, difícilmente se va a lograr más tarde.
Por tanto, hay que emplearse a fondo: saludar amablemente, preparar una introducción sugerente, jugar con la voz, con los gestos, mirada, anécdotas, etc.
IMPORTANCIA DE LA BREVEDAD
Esto no quiere decir que el discurso tenga que ser necesariamente corto; durará lo que tenga que durar, pero no debe extenderse innecesariamente.
Es posible que el público manifieste discrepancia con la tesis del discurso.
Cuando el orador prepara su intervención debería anticipar su posible reacción (normalmente uno sabe cuando sus ideas pueden resultar polémicas), y en el caso previsible de que haya desacuerdo tratar de conocer los motivos.
Esto permite al orador llevar preparadas las respuestas a las posibles críticas.
Si la reacción contraria del público hubiera sido totalmente imprevista y el orador ignorase sus razones, lo mejor es preguntarle directamente el por qué de su rechazo.
Hay que darle al público la oportunidad de que exponga sus planteamientos; escucharle con atención, comentando a continuación que se trata de un razonamiento respetable, aunque diferente al punto de vista que uno sostiene.
Lo que no se puede hacer es aceptar las críticas tal cual, ya que debilitaría la posición del orador
SITUACIONES DIFICILES
Aunque no es normal que ocurra, en ocasiones podría suceder que una persona del público increpe con dureza al orador.
Si este ataque se produce en mitad del discurso, interrumpiendo, lo apropiado es rogarle que espere al turno de preguntas para exponer su punto de vista.
Si esta persona mantiene su actitud, habrá que indicarle educadamente que tenga la amabilidad de abandonar la sala, disculpándose uno ante el público por la interrupción.
Si el ataque se produce una vez finalizada la intervención, en el turno de preguntas, habrá que indicarle educadamente que el estilo empleado no es admisible y que por tanto no se le responderá hasta que no utilice un tono correcto.
Si se mantiene en su actitud se le puede ofrecer la posibilidad de discutir el tema personalmente una vez concluida la sesión, y si insiste habrá que pedirle que abandone la sala.
El orador debe estar dispuesto a aceptar críticas, lo que no tiene que admitir bajo ningún concepto, y menos en público, es que se le falte al respecto.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
El público agradece la posibilidad de poder formular preguntas sobre aquellos aspectos que no le hayan quedado claro o sobre los que discrepe.
La opción de preguntar enriquece la intervención, consigue involucrar más a la audiencia y transmite una imagen de seguridad, de dominio de la materia.
Si no se domina suficientemente el tema tratado, habrá que evitar a toda costa el turno de preguntas, ya que se corre el riego de no salir airoso del trance.
Al principio de la intervención se indicará si se puede interrumpir cuando surja alguna duda o si habrá al final un turno de preguntas.
La posibilidad de interrumpir puede ser preferible cuando se esté tratando un tema técnico, complejo, resolviendo las dudas tan pronto se presenten, lo que permite al público seguir con mayor facilidad el razonamiento expuesto.
Esta opción presenta como inconvenientes que las interrupciones pueden impedir que el razonamiento se desarrolle con fluidez, lo que puede perjudicar a parte del público; además, las interrupciones dificultan controlar el tiempo de la intervención, con el peligro de llegar a agotarlo sin haber finalizado la intervención.
Un turno de preguntas al finalizar la presentación permite que ésta se desarrolle con continuidad, sin interferencia, y facilita al orador a controlar mejor su tiempo.
Si se opta por un turno de preguntas al final de la sesión:
Se indicará el tiempo disponible.
Se invitará a la audiencia a que plantee sus dudas. Si nadie interviene, y tras una espera prudencial, el orador puede realizar alguna pregunta general (por ejemplo, si tal o cual punto ha quedado claro, o si la exposición ha sido fácil de seguir) con vistas a animar a la audiencia a que participe.
DEBATE
Una vez finalizada la intervención se puede organizar un debate entre el público asistente para analizar el tema tratado.
Mientras que en el turno de preguntas el público pregunta y el orador contesta, en el debate todos pueden participar exponiendo sus puntos de vista.
Para que el debate se desarrolle de forma eficaz es necesario que el número de asistentes sea reducido
El público debe estar situado de forma que facilite la participación de todos ellos.
En torno a una mesa (si su número es reducido) o en semicírculo (si su número es mayor).
Antes de iniciar el debate, el moderador introducirá a las personas asistentes o les pedirá que ellos mismos lo hagan.
De cada uno de ellos se facilitará aquella información que resulte relevante (formación académica, experiencia, etc.) y que permita al resto de asistentes tener una idea sobre los demás participantes.
El moderador puede iniciar el debate planteando alguna pregunta genérica o pidiéndoles a los asistentes que den su opinión sobre el tema tratado.
El moderador debe controlar la marcha del debate con vistas a que en el tiempo previsto puedan abordar la mayoría de los aspectos relevantes (de ahí la importancia de tener un guión elaborado con los puntos que se quieren tratar).
CRITICAS
Después de hablar en público, resulta muy útil pedir la opinión a algunos de los asistentes sobre cómo ha resultado la intervención.
Hay que tratar de buscar opiniones sinceras, objetivas, en las que se destaquen los puntos fuertes y aquellos otros que necesiten ser mejorados.
También resulta muy útil grabar en video la intervención.
Permitirá analizar con detenimiento todos los aspectos de la misma: voz, lenguaje, gestos, movimientos, entusiasmo mostrado, seguridad, etc.
Hay que ser riguroso en el análisis (aunque sin llegar a ser autodestructivo) y detectar los fallos cometidos, sus posibles causas (falta de ensayo, imprevistos, nervios, escaso dominio de la materia, etc.) y ver las posibles medidas a adoptar para evitar que se vuelvan a repetir.
Hay que analizar la naturalidad y la soltura mostradas ya que son aspectos claves para captar el interés del público.
Si se han empleado medios de apoyo visuales hay que valorar como han resultado (si han enriquecido la intervención, si han ayudado a captar la atención del público, si se han utilizado con soltura, etc.).
También resulta muy útil hablar con gente experta con vistas a buscar consejos.
Cada participación en público viene a ser un ensayo general de la siguiente, y en cada una de ellas hay que tratar de evitar cometer los mismos errores que en la anterior.
Sólo se pueden corregir estos errores si se conocen cuáles han sido.
BITACORA :
LUNES 20 DE MAYO DEL 2013
Nos reunimos con las personas a las que seran capacitadas, hicimos una lista con la cual pasariamos asistencia toda la semana, les presentamos el programa y despues los 6 cursos que les dariamos por dia, de ahi empezamos con cada tema los cuales son: hablar en publico, miedo a hablar en publico, preparacion de la intervencion, estilo de la intervencion, publico y lugar de la intervencion despues de los temas dejamos una tarea , es investigar de un tema que le llamara la atención y que fuera del interes de los demás .
MARTES 21 DE MAYO DEL 2013
Nos volvimos a reunir , pasamos lista , revisamos la tarea anterior después a todos los alumnos los reunimos en dos equipos para que comentara sobre el tema de investigacion que recaudaron . A la primera hora dimos 3 temas que son : duración de intevención, duscurso . segunda hora ; idea clave desarrollo conclusión , tercera hora ; ensayo y dia del acto .
MIERCOLES 22 DE MAYO DEL 2013
Este día se cumplio la mitad del curso con muchos avanzes de las personas , la dinamica que realizaron a hora fue mas diferente a mas aya de las hojas o de leer , lo que hicieron fue perder el miedo a estar en frente de sus demas compañeros , dimos los temas de las tres horas que fueron : presentacion , intervensón , voz ,lenguaje ,mirada ,lenguaje corporal .Al final de la clase le comentamos a las personas que tenian que tener retroalimentacion y ensayar en los temas que dimos a conocer.
JUEVES 23 DE MAYO DEL 2013
En este día lo primero que inicimos la clase fue con cada uno de ellos expusieron y pusieron en practica los temas anteriores como el lenguaje su mirada hacia el publico su voz y la forma en expresarse hacia el publico y el conocimiento de su tema despues de ese ensayo , les explicamos los temas que son : su imagen , medios de apoyo visual , fichas de apoyo , campar la atencion al publico , flexibilidad e improvisación , y reaccion al publico .
VIERNES 24 DE MAYO DEL 2013
Este ultimo dia de la capacitacion: finalizamos con los ultimos temas que fueron ; importancia de la brevedad situación difíciles , preguntas y respuestas debates y por ultimo las criticas , algunos alumnos participaron y se mirava su mejoramiento gracias a este curso lo final fueron las criticas que cada uno se expreso para dar su opinión hacerca de los demas compañero así le hicimos a cada unos algunas preguntas sobre los temas que les explicamos y tambien nos brindaron la opinión de este curso dandole las gracias a ellos por su apoyo.
LISTA DE ASISTENCIA
EXAMEN
DURACION
una senama tres o cuatro horas al dia .
PERFIL
para las personas interesadas que se quieran prerar en hablar en publico.